Primera guerra de independencia italiana

Primera guerra de independencia italiana
Unificación de Italia
Parte de unificación de Italia y guerras de independencia italiana

Fecha 23 de marzo de 1848-6 de agosto de 1849
Lugar Reino de Lombardía-Venecia y Reino de Cerdeña
Casus belli Revoluciones de 1848 en los Estados italianos
Conflicto Guerra por la independencia
Resultado Victoria austriaca
Beligerantes
Reino de Cerdeña
Bandera de Toscana Gran Ducado de Toscana
Brevemente aliados con:
Estados Papales
Reino de las Dos Sicilias
Imperio austríaco
Comandantes
Carlos Alberto de Cerdeña Joseph Radetzky
Fuerzas en combate
30 000 hombres
Bandera de Toscana 7000 hombres
7000 hombres
16 000 hombres
60 000
Bajas
3400 muertos[1] 5600 muertos[1]
La batalla de Pastrengo.

La primera guerra de la Independencia italiana tuvo lugar en 1848 entre el Reino de Cerdeña y el Imperio austríaco. La guerra tuvo varias batallas importantes, como la de Custoza y la de Novara, en las que los austríacos capitaneados por Joseph Radetzky consiguieron vencer a los piamonteses.

En 1848 los disturbios revolucionarios estallaron en numerosas ciudades de Italia, al igual que en otras partes de Europa. El rey Carlos Alberto del Piamonte y Leopoldo II de Toscana se habían visto reforzados tras dar concesiones a los demócratas. No era esta la situación de Austria, que veía como Viena estaba sumida desde el 13 de marzo en una gran revuelta y además se le rebelaban varias plazas importantes: Milán se sublevó contra los austríacos en las llamadas Cinco Jornadas y Venecia declaró la República de San Marco y se escindió así fugazmente de Austria. Sicilia además expulsó a la Armada Borbónica de sus puertos.

El Reino de Cerdeña decidió entonces aprovechar la coyuntura, declaró la guerra a la debilitada Austria, en alianza con los Estados Papales y el Reino de las Dos Sicilias, y la atacó en sus posesiones italianas.

El ejército piamontés estaba compuesto por dos cuerpos y una división de reserva, con un total de doce mil hombres. Sus mejores unidades eran de caballería y artillería. El 21 de marzo el Gran Duque de Toscana también declaró la guerra a Austria; tenía seis mil setecientos soldados a sus órdenes. El Ejército pontificio tenía un tamaño similar, pero reunió además numerosos voluntarios. El 25 de marzo la vanguardia del II Cuerpo de Piamonteses entró en Milán, y dos días después liberó Pavía.

Después de la exitosa campaña inicial, con las victorias de las batallas de Goito y Peschiera del Garda, el por entonces papa Pío IX, temiendo que el Piamonte intentara expandirse en caso de victoria, retiró a sus tropas; esta defección provocó la proclamación de la efímera República Romana (1849). Las tropas del Reino de las Dos Sicilias se negaron a abandonar la guerra como se les ordenó también y a volver a Nápoles y el general Guglielmo Pepe se dirigió con ellas a Venecia para protegerla de la contraofensiva austriaca. La retirada del rey Fernando II de las Dos Sicilias se debió a la desconfianza que tenía al rey Carlos Alberto del Piamonte, que no había rechazado claramente la corona siciliana cuando representantes de la isla rebelde se la ofrecieron.

Sin refuerzos y apoyos, los piamonteses fueron derrotados por los austríacos en la batalla de Custoza, el 1 de julio de 1848[2]​ Se firmó el armisticio poco después, que duraría siete meses. Después el ejército austriaco tomó la iniciativa, acometió en Lombardía y venció a los sardos en la batalla de Novara (1849). Los piamonteses se retiraron hacia Borgomanero y los austriacos siguieron avanzando, tomaron Novara, Vercelli, Trino y Brescia y se encaminaron a Turín.

Ante la amenaza que se cernía, Carlos Alberto abdicó a favor de su hijo Víctor Manuel. Además se firmó un tratado de paz en Milán el 6 de agosto de 1849 por el que el reino de Piamonte-Cerdeña tuvo que pagar una indemnización de sesenta y cinco millones de francos a Austria y que restableció las fronteras anteriores a la contienda.

La guerra marcó el fracaso de Cerdeña para derrotar a Austria por sí sola, por lo que buscó aliados contra ella, más fiables que el papa y los sicilianos. Una década más tarde Francia (1859) se uniría a la causa, seguida de Prusia (1866) en la tercera guerra de independencia italiana y juntos conseguirían expulsar a los austríacos del norte de Italia, lo que facilitó la Unificación italiana.

  1. a b Darkest Hours. 
  2. Denis Mack Smith, Modern Italy: A Political History (University of Michigan Press: Ann Arbor, 1997) p. 19.

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